Se conocieron hace muchos años. Al principio ninguno de los dos reparó en el otro. Ella, distaba mucho de ser la "mina" del lugar y él, se asemejaba más a un oso de peluche que al galán del sitio. Pasó más de un año hasta que ella se fijó en él, nunca supo que fue, pero hubo algo que la cautivó. Gracias a algunas jugadas estratégicas de las dos partes por fin se conocieron, empezaron a salir, se gustaron y se quisieron como pocos podrán hacerlo. Ella lo amaba con toda su alma...lo cuidaba y lo protegía de todo cuanto estuviera a su alcance, él por su parte igualaba todo ese cariño y preocupación. Pasaron muchas cosas juntos: crísis familiares, enfermedades, muertes...pero los dos siempre estaba ahí, apoyándose, queriéndose, sirviedo de soporte para que el otro nunca cayera...esmerándose al máximo para hacer el camino más facil.
Hasta que llegó un día, un maldito día en que ella se dio cuenta que algo pasaba en su interior, que algo pasaba con sus sentmientos y que si bien no había dejado de quererlo ni un centímetro, ya no quería estar el resto de sus días junto a él. Ya no lo amaba. El solo hecho de pensarlo la complicaba demasiado, sabía que nadie entendería ni apoyaría lo que ella sentía y que él seguramente no entendería que no se trataba de otra persona sino que era simplemente ella ( su maldito frío corazón) la que decidía romper con todo. Obviamente no se atrevió. Por más que había calculado y planeado todo para el día en que él llegara, no pudo. Era tan cobarde que esperó que él se diera cuenta de todo. Obvio, no era tonto y le lanzó todo lo que sentía, le dijo tantas verdades como mentiras que ella nunca hubiese querido escuchar. En vista de su asqueroso silencio, él notó que las cosas había llegado a su fin. Con la frialdad con que ella lo tomó, parecía que lo que acababa de terminar no le importaba en lo más mínimo, incluso parecía que la separación la afectaba lo que era nada, pero eso era lo que ella demostraba. Ella siempre ha pensado que la gente no la conoce, que sólo conocen a la mujer que lleva por fuera y que alomejor nunca van a conocer a la que lleva por dentro. Él si la llegó a conocer, aunque muchas veces se haya empeñado en decir que no era así.
A ella, a la que tiene un poco más de corazón, a ella si le dolió... y mucho...más que mal ya no habrían ni Sofías ni Ignacios corriendo por la casa.