Sueños
Anoche soñé que me moría. Bueno, fue más terrible que eso, soñé que tenía una enfermedad terminal y que debía empezar a despedirme de todos a quienes quiero en la vida. En un principio dudé si contárselo a todos, lo que más tenía claro era que no quería la lástima de nadie, que no quería hacer sentir incómodo a nadie, ni menos escuchar palabras por compromiso, pero después pensé que los haría sentir peor y que todos aquellos a quienes no había querido contarles para no inspirar pena, “me odiarían”.
En mi sueño, le mandé un mail a cada uno. A unos les decía lo mucho que los quería, que perdonaran mi estupidez de nunca habérselos dicho cuando estaba bien, pero que era mi forma de ser. Que no se preocuparan por mi, que no quería que lloraran, ni menos que me prestaran más atención de la que siempre habían prestado. No quería juntaciones extras ni salidas en la semana que nunca habían existido. A mis amigas más cercanas, les decía que viajáramos, que no me quería morir sin conocer Europa, pero que no quería caras largas, que este sería el mejor viaje de nuestras vidas y que teníamos que aprovechar de hacerlo ahora mientras mi físico aún me lo permitía. A él le decía que no llorara, y que por favor no me contestara el mail, que si no lo había hecho mientras estaba sana, que por ningún motivo quería su lástima, que sabía todo lo que me quería, que yo sentía lo mismo, pero que la lástima era el peor enemigo de los enfermos terminales.
Fue Horrible, desperté llorando a mares, con el corazón apretado y con un dolor de garganta gigantesco. Me quedé pensando que nunca le digo a nadie cuanto lo quiero, que claro, lo demuestro como puedo pero a veces las palabras si son necesarias. Lo malo es que no soy así, no me sale natural andarle diciendo a la gente cuanto la quiero, pero alomejor cambio...tampoco tiene nada de malo ser como soy...creo. Lo único que espero es que nunca sea necesario una maldita enfermedad para empezar a hablar.